martes, 14 de julio de 2015

Un te amo a mi manera

Transgrediré el silencio  de mi alma y mis piernas
tan solo con pensar en ti y en lo que tengo que decirte.
Abriré mucho más que mi cuerpo y desnudaré mucho más que mi piel
cuando termine temblando hasta por dentro.
Toma ese puñal en tu mano y ábreme el pecho,
arranca mi razón desde lo más íntimo que encuentres en mi sangre.
Quebranta con esa navaja de doble filo toda mi revolución
y cállame con tu mano amarrada a mi cuello.
Porque ahogarme entre tus dedos no me importa,
porque no respirar contigo no me duele,
porque incluso el dolor suena apasionante cuando se trata de sentirte.

Me deseo a flor de piel en tus brazos, en tus manos apretando mis caderas.
Me deseo en el calor de tu pelvis corrompiendo mis miedos más profundos,
mis pensamientos más cobardes.
Quiero destrozarme la coraza de perra en la oscuridad de las noches en tu pieza,
en el calor de tu cuerpo apegado a mi espalda,
sintiendo tu aire balbucear con mi cuello mientras sueñas,
mientras sueño con arrugar las sábanas.
Es que contigo no hay momento que no sienta que esto es lo correcto,
porque besarte y bajar me nace de los instintos mas conectados
a todo lo lo que me haces sentir cuando ese tú y yo 
se va enredando agresivamente a no dejarse en paz nunca más,
a no detenernos hasta destruirnos el alma.
Y así, en el romance más avasallador que violentamente nos envuelve,
volver a nacernos, a reconstruirnos en los aires más repletos
de todas las palabras sucias que el alcohol de nuestros orgasmos
nos deja gritar como confesiones de pecador arrepentido.

Mírame fijamente sobre tu cuerpo tenso y deja que te baje el universo
hasta estremecerte con el placer de contener el tiempo,
contenerlo y explotarlo en mi boca,,, o dentro de ella,
olvidando todas las incertidumbres de lo mucho que podemos perder.

Derrite mi paranoia constante de sentir que te pierdo,
destroza con tus excitantes besos el pánico de que esto acabe.
No cerraré mi alma cuando tapes mis ojos,
mucho menos mi entrepierna cuando me lo hagas...
Te quiero encima cada vez que tenga miedo.
Quiero que me muerdas cada vez que quiera arrancar
a esconderme de lo omnisciente que te has convertido
en todo lo que pasa en mi corazón... No hay prisionero más libre
que este descorazonándose en cada orgasmo,
despedazándose para irse contigo hasta donde quieras llegar.
Porque ese es el plan; acabar juntos, terminar completos y unidos
en ese amor vicioso de las sensaciones más genuinas
que quedan como recuerdos, que se anclan en dos espíritus
completamente enamorados de lo que son por si mismos
y extasiados con lo que juntos son.

Es que ya un te amo no dimensiona
lo que tu piel y la mía conversan,
no alcanza para la complicidad que tu mirada
va dejando grabada en mis ojos,
no entiende que al pertenecerte no dejo de ser yo.
Soy tu perra, soy tu amante.
Soy tu compañera.

viernes, 22 de mayo de 2015

Cocainhombre

Vuelves a mi en medio de gratos recuerdos
o de los pocos que quedaron.
Oh, pero qué dichoso momento es el recordarte,
noche traviesa, llena de quehaceres malignos
a manos de perversiones tan propias como ajenas.
Drogas, drogas, drogas y drogas infernales y celestiales,
la ambivalencia misma de la razón.
Cumplo fielmente con estremecerme
al sentir la necesidad de morderte,
acariciarte en las sensaciones con las que te inhalo.
Eres la perversidad perfecta para mí,
la composición exacta de mi lujuria.
Me nublas, me conservas en las malas intenciones
de sexualizarte dentro de mí,
de oscurecerme el alma.
Eres la conciencia perfecta para hacer lo incorrecto
y no necesito cerrar los ojos para perderme
en el deseo que me viene cada vez que quiero un poco...
un poco bastante, un poco demasiado de ti,
de mí contigo
efectuando tus más distorsionadas intenciones.
Eres, de mí, el instinto más animal
y salvaje que busca tu sodomización perfecta,
constante, tu ahogo en mis pulmones,
en mi sangre, en todos los fluidos, en mi boca.
No te pertenezco ni tu me perteneces,
pero cuando nos mezclamos,
tú y mis malas intenciones,
tú y mi necesidad acosante
de volverte a sentir,
nos convertimos en un mar de obsesiones,
somos dioses acosando al infierno,
somos respiros sucios y empolvados
de maravillosas experiencias que nos envisian,
nos hacen volver y caer,
volver y eternizarnos,
volver y purificarnos con el mismo cielo,
con el mismo dios,
amistarnos con el pecado
y fornicarlo hasta decir basta.
Pero tú me necesitas más que yo a ti,
porque sin mí no puedes vivir,
porque sin mi cuerpo no existes,
sin mi necesidad no perduras.
Eres una parte de mí que despierta con dos líneas,
dos respirantes líneas.

lunes, 20 de octubre de 2014

Una vez más

Tú me buscas y yo no, no te olvido.
Tu muy lejos y yo muy perdida.
Somos unos idiotas al creer que esto se acabó.
Y seguimos barajando cartas
como si tuviéramos mucho que dar
y no, no es así, no nos queda nada ni a ti ni a mí, nada.
No nos pertenecemos ahora, nunca lo hicimos,
pero sigue habiendo un "nosotros"
que destruye cualquier esperanza puesta
en una falsa ilusión de que no nos necesitamos.
Yo sigo avanzando,
creyendo a ojos cerrados que corro a donde
ya no quede ni tu sombra,
pero tu avanzas como la luna dentro de un universo
infinito que dibuja espirales hasta no cansarse
y apareces frío y desgastado por el tiempo,
apareces alumbrando con una luz que no te pertenece,
estremeciendo todo lo que puede estar debajo tuyo
y desde tu lejanía, desde tu ausencia,
no dejas de estar ahí, aun cuando no brillas
y los amagues de oscuridad repletan tu existencia.
Como si avanzara a encontrarte otra vez.
No puedes irte porque nunca estuviste,
no puedes alejarte, nunca estuve guardada
por eso no puedes arrancarme de ti.
Se ha manchado el deseo de acariciar
la noche con mis manos,
porque antes de tocar miré
y por todo lo que vieron mis ojos,
se quemaron de lágrimas que morían
cada vez que cerraba los ojos.
Te pienso y no sé por qué.
No es cosa de olvida, es el destino.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Perra

Me haré dueña de tus deseos más profundos,
me dormiré con las piernas abiertas sobre tus sueños más honestos
y los convertiré en mis fetiches más cochinos.
Dejaré que me toquetees todo lo que veas de mí
hasta mi alma será profanada por tus deseos.
Te convertiré en mi deseo sexual
hasta que sientas la necesidad de verme con las piernas abiertas todas las noches.
Haré que te ahogues en todos los orgasmos
que se me vienen cuando te afirmas de mis caderas.
Te provocaré hasta encerrarte en tus máximas confusiones.
Llenaré de besos tiernos y calientes tu rostro,
haré que sonrías cuando me veas mojada,
haré que sonrías cuando te toque,
haré que sonrías cuando despiertes a mi lado.
Haré que te sorprendas de tanta ternura
luego lograrás interpretar cada una de mis miradas.
Y en el mayor de los silencios que exista
en esta misteriosa relación, te ahogaré hasta
que pierdas la voz, confundido sin salida.
No tendrás una escapatoria más allá que quedarte conmigo.
Y así, con los ojos cerrados
sentirás el olor del juego de una zorra,
olfatearás como perro cobarde
las maniobras de una perra de la vieja escuela.
Tendrás la tentación ambivalente
de querer escapar y escapar hacia mis brazos
y entenderás cómo juega un animal
luchando por su sobrevivencia.
Entenderás que el juego lo manejamos las cachorras.
Besarás las consecuencias de caminos
profanos entre mis labios y mi boca.
Sin querer te haré sentir
cómo el instinto animal que se escapa de tus ojos,
se viola con mis palabras más oscuras y perversas.
Te ocultarás tras tu miedo y te esconderás
en la desorientación más vil de la cobardía.
Serás impregnado de los juegos de una zorra.
Sin escapatorias, obtendrás las fantasías menos esperadas
y amarraré tus manos a mi cuello,
tu alma a la mía.
Te enamorarás sin previo aviso
y cuando eso ocurra
ni siquiera pensaré en dejar de ser una perra.

jueves, 6 de febrero de 2014

Caña

Nadie iba a saberlo nunca, nadie pensaría siquiera todo lo que anoche había pasado en esa casa, en su cama. Eran las tres de la tarde y ella caminaba como podía, como recordaba que era el camino hacia su casa. Sin ganas, quizás un poco de pudor; no era la primera vez que lo hacía, seguramente no era la última, pero esta era de esas pocas veces en las que la cantidad de alcohol y marihuana no borraría todo lo que pasó, ella lo sabía. La música le retumbaba en sus oídos todavía, a estas alturas ya le apestaba el dolor de cabeza. Sus pasos iban firmes y calando el suelo como si intentara olvidar alguna cosa, como si quisiera que su cara de odio hacia el mundo les hiciera creer a todos lo que ella ni siquiera entendía. Las cuatro y media de la tarde y las ganas de fumarse otro caño no se le habían quitado, tenía uno en la casa, o por lo menos esperaba que aún estuviera ahí.

Los recuerdos eran escasos, borrosos. Las sensaciones eran casi lo mismo, aunque el sexo oral de anoche no le dejaba las piernas tranquilas, como si caminara más rápido cada vez que lo recordaba. Llega al paradero y prende un cigarro, es la única solución que tiene hasta el momento para el bajón. Espera con más ganas el llegar a su casa, tomar una ducha, fumarse el caño para el dolor de cabeza. La mata, pero nadie sabe de dónde nace ese dolor. El alcohol está haciendo su efecto, la marihuana quizás. Sus pensamientos también hacen lo suyo; sabe que él no es cualquier persona, ella tampoco lo es para él, saben muy bien lo que tienen entre manos. Ella sabe muy bien lo que siente, o lo que intenta entender como sentimiento o algo así. Nadie puede negar que el dolor más fuerte proviene de ahí, ella lo sabía. Al parecer ese era el problema, ella lo entendía todo, incluso sabía todo lo que vendría después. Ella entendía que es exactamente el después lo que no llegaría, por mucho que lo pidiera, hasta deseara… aunque lo niega siempre. Siempre.
Saca las llaves del bolso, abre la puerta. No hay nadie. Hay una nota en la mesa “hija, hay comida en el refrigerador”. Nada de hambre, va la pieza, abre el frasquito de metal y saca el caño, lo prende, aún con los audífonos puestos. Se estira en la cama y como por una cosa extraña, magia quizás, o el muy buen cogollo que le regalaron, cada detalle de toda la noche vuelven a resplandecer ante sus ojos como si fuesen fotografías rápidas en blanco y negro. Cortas, precisas, sin tantos detalles, pero con demasiadas sensaciones dentro de sí. Abre los ojos y nada, no se van, siguen… siguen y se clavan como agujas en su pecho. Muchas agujas que no dejan de punzar, cada vez más fuerte, cada vez más profundo. Vuelve a cerrar los ojos, suspira. Aspira bien profundo el cogollo. Contiene. Bota.

Nunca toma en cuenta estas cosas, de hecho le son hasta extrañas, dentro de ella por lo menos. “La vida no se trata de esta mierda” dice en su mente. Y tiene razón, no se trata de esto, no se trata de recuerdos, no se trata de quedarse pegados en una noche que se vuelve a repetir, una y otra vez, todas las semanas. “No se puede trastornar la vida por huevadas que no valen la pena”. Y tiene razón, como siempre esta historia no vale la pena. “Sé lo que hago, sé lo que he sido, no estoy para este juego, no conmigo” sigue pensando. Es extraño cuando un caño no borra nada, de hecho casi nunca le pasa, pero hay veces en que no se puede hacer mucho con lo que está adentro, intentando invadir el corazón. “Yo no tengo corazón, no para esto”.
La verdad es que no hay mucho que pensar después de tanto tiempo. No puedes pedirle a un águila que deje de volar, no puedes pedirle a una serpiente que no se arrastre “No puedes pedirme que me comprometa contigo después de lo mierda que has sido” piensa como si le hablara a él. No puedes pedirle a un hombre que sea como nunca ha tenido en consideración ser. La cobardía es el fuerte más recurrente de sus palabras, piensa ella.

Ella se ha encargado de hacer de su cara una expresión en donde los sentimientos no rodeen la debilidad. Sus ojos dicen más de lo que ella quiere admitir, sin embargo, nadie puede saber lo que realmente están gritando, ella lo sabe muy bien. La manipulación es un juego de niños cuando se trata del nexo previo a una noche bien follada. Por mucho que esconda esta cosa de los sentimientos, nunca ha negado tenerlos. Puede evadirlos por mucho tiempo, incluso hacer como si no le afectaran, pero todos sabemos que aunque por muy perra que parezca, nadie borra las cicatrices de un beso bien dado, de esos que se quedan más adentro de los labios.

No quiere pensar más, no tiene ganas de tonterías. Su vida va más allá de cualquier “porquería” que pretenda corromper su libertad. La decisión está tomada y aunque duela, no hay vuelta atrás. Nada más que hacer. “oye, salgamos?... a las 8, llevo un caño”. Se mira al espejo, miras sus ojos, esboza una sonrisa. Sus ojos detalladamente bien maquillados, sus labios rojos al igual que su cabello. Bloquea, una vez más su mente, toma su bolso, celular, cigarros, encendedor. Sale.


Nadie iba a saberlo nunca, nadie pensaría siquiera todo lo que anoche había pasado en esa casa, en su cama. Eran las tres de la tarde y ella caminaba como podía…

sábado, 11 de enero de 2014

De la noche anterior

De todas las noches,
las que más me fascinan
son en las que puedo morder la almohada.
Tú encima, tu chocándome,
tu respirándome al oído... "te gusta"
Y bueno, ninguno necesita más detalles.
Yo muerdo la almohada,
tú recargas tu mano en mi nuca
y nos calentamos tanto... "así, dale"
Me gusta, me fascina.
Me pierdo en todo el placer
que me provoca todo lo que me metes y mueves.
Vaya que lo haces bien.
Me encanta todo lo pasional que te pones
cuando manoseas todas las partes de mi cuerpo.
Redondeártelo con mi culo; subir, bajar, meter y sacar.
Una cosa sutil... no, mentira,
de sutil nada, de sutil la decencia, de sutil el pudor.
Es que me late cada vez que me lo pones en frente,
redondeártelo con mi boca hasta que... bueno,
ya dije que no necesitábamos más detalles.
No podría dar más detalles sin meterme la mano
y masturbarme recordándote sobre mí,
haciéndome gemir, perder la respiración... oh, por Dios, tus manos en mi cuello...
fascinante ahogo mientras lo mueves hasta orgasmearme
una y otra vez,,, y tres y cuatro... seguidos y pasionales.
aah... Suspiro en el placer de tenerte en mi boca.
Me quejaré de pura llena no más,
pero me fascina tener que sentarme con cuidado
después de salir de tu casa, mi amor.

martes, 3 de diciembre de 2013

Madrugada del 23 de julio del 2013

Se me desarma el corazón
y en cada lágrima se desangra
como si fuese lo último que hiciese.
No hay mucho que entender,
la verdad es que cuando se siente
no se puede entender casi nada.
Hay verdades que no por ser reales
son menos dolorosas.
Hay otras verdades que son solo mías,
que quisiera negarlas,
abstraer de ellas el sentimiento
y por piedad a mi misma no sentirlas.
Busqué tanto esto, tanto
y ahora que está...
quizás no estaba preparada para sentir tan fuerte,
quizás tan solo me dejé llevar por un deseo ferviente
de sentirme una vez más viva.
Y sí, el dolor es parte de estar vivo,
se me había olvidado que también era parte del juego.
Como también no recordaba lo que era estar viva.
Odio estarlo.
Esta noche odio estar viva,
no me quiero en existencia.
He vuelto a pensarme sin vivir,
sin existir...
Es una solución saludable para todos
el que yo no esté... nuevamente.
Quizás siempre tuve que vivir enajenada,
sin ser parte de mí.
Quizás el dolor no tenía que cambiar...
quizás yo no debí hacerlo.
Quizás si desaparezco...
a veces un acto de cobardía
es más valiente de lo que se piensa.
Corazón no quiero que latas más,
me dueles mucho.
Corazón, perdóname, sí?
no quería hacerte daño,

nunca quise hacerlo en realidad.

sábado, 5 de octubre de 2013

Baja... sí, baja.

Hay varias cosas que debemos dejar en claro de manera urgente entre nosotros dos; usted, caballero, ha superado las expectativas de absolutamente todo lo que pasa por mi mente en este momento. No se ilusione tanto, que en este momento lo único que tengo en mente es su cama, su mirada, su otras tantas cosas más y algo muy esencial que se presenta en todas las veces que he rasguñado sus sábanas; aquella lengua milagrosa.

Caballero, debo decirle que usted osa a juguetear conmigo, se atreve a interrumpir absolutamente en todo lo que yo sé (o hasta antes de conocerle sabía), sobre lo que se refiera a camas ajenas. Usted, estimado, se ha empeñado en que su cama (con absolutas ganas de no volver a conocer ninguna otra) y todo lo que me hace en ella, sea una total y única necesidad a mis gemidos, a mis deseos más mojados que sus dedos provocan, a todas mis ganas de sentir aquella lengua (ya mencionada como milagrosa) que, usted muy bien sabe, me hace temblar.

Debo decirle que cada vez que su cuerpo, exquisitamente deseable, se mueve sobre el mío, no puedo hacer más que mirarlo a los ojos y expresarle que quiero acabar, pero no quiero que usted deje de moverse exactamente. Desearía que siguiera entre mis piernas lamiendo todo lo que sabe que me prende y digo muy bien; me prende. Usted y yo, al parecer (por todo el tiempo que ha pasado) sabemos algunas otras tantas cosas que, al momento de leer este documento, nos van a provocar efectos deseosos que solo podremos tranquilizarlos (y solo eso porque terminar con ellos es casi imposible) con aquellas bocas que sabemos ocupar con agradable experiencia; adquirida en el tiempo que nos hemos dado en conocernos a cuerpo abierto… yo más abierta que usted y se le agradece aquellas gratas posiciones de sumisión a su persona.
   
Sin embargo, no quiero dejar de lado el tema principal de esta carta; su boca entre mis piernas. Por Dios, caballero, a usted deberían haberle enseñado que no se debe llevar a una mujer (no sé si en este caso sea decente) al descontrol absoluto, al impulso más animal de su existencia, que no le permite pensar si quiera en que hay un pudor que mantener en pie. Eso no se hace, caballero; dejar un cuerpo ajeno, pero no menos suyo, anclado al deseo que su lengua provoca, es algo que, además de solo poder lograrlo aquellos hombres, deja en un éxtasis que, incluso a la más mínima insinuación, el cuerpo (en este caso el mío) se autodisponga al descontrol. El real problema de todo esto, señor, es que no solo lo logra cuando está sobre mí, lo logra en lo que deja como recuerdos en mi mente. Me provoca, me provoca siempre a bajar por su cuerpo y pasea mi lengua en toda su exquisitez y hundirla hasta lo que mi garganta aguante (y cada vez con mayor capacidad), que yo sé muy bien que a usted también le fascina los efectos de mi boca en su pelvis.

Siendo honesta con usted, no le estoy reprochando absolutamente nada, al contrario, ya le he dicho que me encanta lo húmeda (mayormente mojada) que me pone cuando me mira a la cara, mueve su mano en mi entrepierna (o lo que quiera mover en ella, sea suya la libertad) y ejerce un total dominio en lo que puedo conocer como placer, deseo, apetito sexual, orgasmo (que, vaya, que los provoca exquisito) y así. Ejerce un abuso de poder sobre mis senos que no deja de excitarme cada vez que hasta su mirada se posa con ese deseo ferviente que me calienta, y los muerde como aquella comida que no quiere que se acabe. Le informo que mis senos siempre estarán dispuestos a su lengua, mis gemidos a sus oídos y por sobre todo, mi cuerpo a lo que quiera conocer como placer.


Saludos cordiales.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Ni una palabra... Nada.

Cada día que pasa, cada noche que logro sobrevivir,
todo se hace más lógico, todo es mucho más desgastador.
Se me aprieta el estómago cada vez que me miro adentro.
Se me aprieta porque el puto miedo me carcome el intestino.
Sé que estoy totalmente cagada,
que una sonrisa no basta,
que un abrazo ya no es suficiente.
Perdí el protagonismo de mi propia vida.
Me subastan mis propios sentimientos,
me venden a la caga' de vida que me queda.
Me subyacen a despertar todos los días
pensando en que, por favor, hoy salga algo, por lo menos, bien.

Nada, ni una palabra. Nada.
puta que odio necesitar huevadas sentimentalistas de comedia romántica.
Odio cada momento que tengo que pensar en mí. Lo odio.
Tengo una repulsión incontrolable a todo lo que siento que me pasa.
Tengo un miserable corazón caníbal que se come a sí mismo
y se desangra solo y se ríe de sí mismo de nuevo.
Otra vez lo mismo.
Su caga' de supervivencia con la que resiste, sigue vivo.
Culpa. Sí, culpa.
Culpa por todo lo que siente, por todo lo que hizo,
por todo lo que se provoca. Por todo lo que no ha olvidado.
Culpa por saber, sentir, pensar, y sobre todo entender
que nadie cree en él. Nadie lo hace.
Y es lógico. Dolorosamente lógico.
Nadie.
Por eso duele, porque conozco todo lo que la provocó,
porque cuando sabes el por qué, duele más. Mucho más.
Culpa.
No entiendo por qué me es tan necesario,
casi trascendental para vivir, el que otro crea en mí.
Nadie lo hace.
Corazón caníbal de mierda.
Culpa.
Una sonrisa no basta, un abrazo no es suficiente.
Caníbal de mierda que me dejas vacíos imposibles de llenar.
Profundos,
Puta, culpa  de mierda.

"Necesito que te quedes"
porque necesito que, por la misma mierda, alguien pueda decirme;
"yo me arriesgo contigo".
Porque está difícil la cosa de vivir.
Sobrevivir.
Pero nadie lo hace.
Ni una palabra... nada.
Nadie lo piensa,.. nada.
Yo quiero olvidar y hago el intento. Olvidar el daño que me hice,
pero, por la mierda, que es difícil cuando se desea algo que no llega.
Por la mierda que es difícil cuando se desea.
Culpa.
Sentada en una silla, una noche cualquiera.
Llorando como de luto, apretando los dientes como si fueran impotencia.
Culpa.
Dejando el corazón en las ahogadas lágrimas
que caen desesperadamente descontroladas
gritando que por favor alguien crea en mi
porque yo no lo hago.
Sola.

Cierro los ojos, aprieto las manos, los labios, toda la cara.
Trago la saliva que tengo en la boca,
agacho la cabeza entre las rodillas y lloro.
Lloro para que nadie escuche y si alguien me mira a los ojos
que no se acerque ni abrazarme.
Porque cuando las lágrimas ni siquiera alivian
lo que por dentro está pasando; ese huracán de pensamientos agobiantes,
los abrazos sobran y no sirven. Realmente no sirven.
Y agachas la cabeza y sigues llorando,
llorando para que nadie escuche, para que nadie nunca vuelva a verte así.
Para que nunca, nadie más pueda mirarte a los ojos y mirarte el alma así de nuevo.
Arrepentimiento.

martes, 16 de julio de 2013

eeeee... No.

Qué hubiese sido de nosotros si no nos hubiésemos conocido.
Qué hubiese sido de ti sin mí, de mí sin ti.
Qué hubiese sido de nosotros si no hubiésemos intentado algo,
Si no hubiésemos ido a ese bar… si no me hubieses mirado.
Qué seríamos ahora tú y yo. No juntos, solo tú y yo.
Un nosotros que intentó hacer como si nunca pasó nada,
Un nosotros que simuló tener algo; lo que sea.
Imagino que un tú sin un yo, no hubiese conocido el miedo… tu miedo.
Un tú sin mí, no hubiese sabido lo que puede dar en la cama.
Un tú sin mí, no sabría que al mirarme a los ojos
Pudo decirme más de lo que tú mismo no podías reconocerte.
Tú no hubieras sabido lo que era hablar con vergüenza,
No sabrías lo que se siente que te busquen,
No te hubieses dado cuenta que tu mayor miedo
Era el compromiso y peor aún, el compromiso en la cama.
Sí, en tu cama… tu cama.
No entenderías que el quedarte callado haces daño… hiciste daño
Que al decir las cosas tarde no hace que alguien vuelva… o que sienta.
No sabrías que alguien en algún momento pensó en ti,
No tendrías ni la menor idea de lo que es jugar y jugar y jugar
Y arriesgarte y escapar, no irte… solo esconderte.
Hablar cuando ya no tienes que hacerlo
y decir algo que ya no es necesario… nadie quiere escucharlo.
Juntos hubiésemos sido los peores; tu un perro y yo un collar.
Un yo sin un tú, no hubiese entendido que esto no era lo que yo quería.
Un mí sin un tú, no se hubiese dado cuenta que mi deseo era mayor,
Que al mirarte a los ojos, tan solo podía pensar en que…
En que eras el bonito con quien cagaba a alguien no bonito.
Un mí sin un tú, no se hubiese dado cuenta que cuando me la juego así,
Osadamente como lo hice, era simplemente porque no lo sentía,
No tenía nada que perder… no duele, solo existe, solo fue.
Yo sin ti, no hubiese deseado algo más,
No entendería que soy capaz de dejar lo que no me llena,
No sabría que sí, yo sí puedo sentir.
Uno sin el otro, no hubiese buscado algo mejor.
Tú sin mí y yo sin ti…
Sin ti yo no tendría lo que ahora puedo contar como mío
Porque no sabría que tú no eras lo que yo esperaba.
Si no hubiese probado tu cama,
No hubiese conocido la diferencia entre tener sexo y hacer el amor…
Ahora hago el amor…
Aun así me fuiste necesario, necesario porque sin ti
No hubiese deseado la felicidad, no la entendería.
Tú en tu camino y yo en el mío.
Siempre fue así, siempre lo quisimos así.
Qué hubiese sido de nosotros si no nos hubiésemos mirado en ese bar…
Es simple, seguiríamos buscando lo que ahora tú no tienes conmigo
Y lo que yo nunca quise contigo.

jueves, 4 de julio de 2013

El día después

Gritaré mi agonía cuando pueda abrir los ojos y saberte en el olvido.
No descansaré hasta verme completamente despierta y sin sentirte.
Fragmentaré cada recuerdo que tenga de ti y lo dejaré en el fondo de este hoyo
Y te dejaré ahí tirado, como lo que nunca fuiste,
Como lo que nunca me hiciste creer de ti,
Como lo que cada día no quería que fueras; un perro,
Un perro maricón; cualquiera que me haga llorar, para mi será un maricón.
Me culparé cada día por todo lo que pase de ahora en adelante
Y dibujaré en mi almohada, todas las noches,
Todo el tiempo que mi cabeza esté derrotada en ella,
Todas las figuras literarias que pude inventar en tu recuerdo.
Mataré cada segundo que respire tu nombre
Los ahogaré en todas las cervezas que pueda tomarme
En todos los días que vengan.
Y moriré a tu lado, como una perra, una bien maricona
Y tomaré tu garganta y ahorcaré tu voz, hasta hacerla inútil, irrecordable.
Plasmaré todas las calles por las que caminamos de la mano
En una hoja de un libro malo y las quemaré, con ellos todo lo que pueda
Hacerme sentir de nuevo todo lo que pude sentir contigo.
Te odio solo porque te amo,
Quiero ahogarte solo porque contigo no respiro.
Rajaré tu sonrisa y la haré un trauma, tan solo porque no sé reír sin ti.
Te atormentaré todo lo que pueda.
Te haré la vida imposible todo lo que pueda,
Simplemente porque decidiste irte,
Simplemente porque sin ti, no sé hacer otra cosa.

domingo, 21 de abril de 2013

Declaración a lo perfecto.

Definitivamente no puedo dominarte, definitivamente cada vez que siento tus manos en mi cuerpo me llega ese fogueo eléctrico debajo de la piel; se llama descontrol. Me provocas tanto como yo puedo desearte, me invades hasta los más eternos pensamientos. Me avergüenzo al saber que cada palabra que puedo plasmar están impregnadas de tus manos, tu boca… tu boca, tu cuerpo completo, tus movimientos, tu mirada; sí, tu mirada a media luz, a luz completa, a luz apagada.

Tiemblo, y sabes que así es. Tiemblo porque me descontrolas y no puedo dejar de pensar en eso. Borras cualquier otras cosa existente cuando quieres sentirme tuya, completamente tuya. Es que lo soy. Exprimes cada gota de mi cuerpo y la fundes en cada gemido que me acusa cuando aprietas mi garganta. Cada recuerdo que me apegue a ti, está desnudo como cuando tocas mis piernas y las rasguñas, cuando me miras en el reflejo y sonríes.  Sabes cómo tocar cada centímetro de mi piel, sabes cómo mirarme, haces que cada orgasmo me nazca, nazca y permanezca. Me haces perder la respiración, incluso cuando no me tapas la boca.

Te respiro y respiro cada sensación que me dejas, es que me gustas tanto. Me tocas apasionadamente y sabes que lo haces excelente. Me tocas y me late el cuerpo entero por sentirte, es que tus labios están tan definidos en mi espalda, en mis hombros, mis pechos y bajando. Me haces sentir tanto más disfrutada que lo que puedo hacerte sentir con todas las palabras que trato de inventarte en tu cuerpo, con mis labios, mi lengua dibujándote lentamente, mirándote fijo y escuchando tu respiración endiablada con la mía.

Nos complementamos bien, tú los has dicho, es que nos dibujamos constantemente en el placer de provocarnos, de tenernos, de manifestarnos como lo que somos, uno solo, perversamente uno solo. Si amarnos es poco cuando nos deseamos, cuánto más será el fundirnos por completo, impregnarnos por completo. Es que cada vez que siento que te mueves, siento que soy tan tuya. Tuya como nunca he sido de alguien no por primera vez que fuera. Te pertenezco tanto como el deseo que puedo provocarte, como el que te ata a besarme, besarme completa. 

sábado, 13 de abril de 2013

Manifiesto a la verdad


Porque esto es lo que sé hacer;
Abrir las piernas y sentir un pene adentro,
Fingir que me gusta y que es el mejor orgasmo;
A todas se nos hace fácil gritar un poquito.
Esto es lo que sé hacer de mí;
Hablar desde la nada, mirar desde la nada,
Contar cualquier cosa desde la nada, desde el vacío.
Esto es lo que sé hacer del mundo;
Mirarlo, solo mirarlo y no vivirlo como parte de mí,
Sólo sé mirar y contestar, mirar y fingir, mirar y ocultar.
Miro, miro todo y pienso cómo hacer para que no parezca real,
Real para mí, real en mí. Para que no me afecte o supuestamente no lo haga.
Esto es lo que sé hacer de mi vida;
Esconderme, existirme sin vivir.
Sí, no sé vivirme, no sé hablarme,
La verdad es que las ideas más estúpidas las tengo yo
Y sé ignorarme, hacer como que no existo,
Como que no me duele, no me afecta,
Hacer como si no sintiera nada de lo que digo, de lo que hago
Nada de lo que un orgasmo puede provocar, nada.
Esto es lo que sé hacer de mí. Sí, esta mediocre imagen,
Esta mediocre persona cobarde sin sentido,
Que no tiene nada más que hacer que negarse a sí misma
Y olvidarse a cada momento que la obligan a sentir algo por alguien
De que ella siente para sí misma y no por los demás.
Es fácil dejar a todos como victimarios.
Pero esto es lo que sé hacer de mí,
Lo que hice de mí, siempre lo he hecho.
Pero… agradezco esta preposición,
No es lo que yo soy.
La verdad es que pienso en quién soy y me da susto,
Pienso en todo lo que en algún momento pude sentir
Y me da miedo hacerlo.
La verdad es que siempre he vivido en el miedo
Pero hoy, pero ahora, pero en este momento,
El puto miedo no es parte de mi vida, es parte de la realidad,
Solo parte del presente que a cada segundo se va terminando.
Esto es lo que sé hacer de mí, pero no lo que soy.
No soy una perra celosa, llena de tabúes.
No soy zorra rompe relaciones,
Aunque muchas veces lo hice.
No soy una puta insensible, busca sexo y aventuras prejuiciosas
Aunque muchas veces viví aquellas noches.
Soy alguien que despierta todos los días pensando en qué será de mí hoy,
Soy de esas personas que se muere con películas mamonas.
No soy una vil fracasada en el amor, no lo soy,
Simplemente nunca viví en él, no hasta ahora.
No sé caminar sola, no sé sentir sola, no sé acabar sola.
El miedo más grande que siempre oculté es al dolor,
Al dolor que se siente el estar solo.
Noches completas pensando en que este día ya terminó,
En que puede que el que viene pasen milagros y ya no me sienta así.
Noches completas despertando a cada rato,
Casi llorando todos los días.
Días completos sin tener hambre y noches completas sin dormir.
Años sin descansar, odiando el segundo en el que debía pensar en mí;
Odiándome. Torturándome. Auntoflagelándome.
Pensaba para extorsionarme
Sentía algo por alguien para romperme el corazón todos los días,
Busqué el fracaso siempre, pensaba en él como mi compañero fiel.
Nunca fui fiel porque nunca sentí fidelidad hacia mí.
Pero esta no es lo que soy, esto es lo que hice de mí.
Pero hoy llegó el momento de que la radicalización es mi lema,
Este es el preciso instante en donde debo cerrar los ojos
Y saber que al despertar todo ha cambiado, porque fui yo la que cambié.
Tengo las ganas de devolver el tiempo y seguir siega,
Pero si no has estado muerto, no sabes lo que significa sentir latir el corazón,
Si no has estado sin respiración meses completos, no sabes lo que es
Reír hasta que no tengas la respiración, nuevamente.
Muchos dicen que siguen su instinto, su corazón,
Pero si no sabes lo que se siente el no tenerlo dentro de sí,
No sabes lo que realmente significa seguirlo.
Esta soy, la que no sabe qué pasará con su vida emocional,
Esta soy, sensible, romántica, muy sensible y muy romántica.
Esta soy, miedosa y con ganas de que no existan las dudas en todo.
Sueño demasiado, me proyecto mucho con las personas de me alrededor.
Pero no puedo evitarlo, las siento tan parte de mí como yo puedo sentirme ahora.
Soy una pequeña crédula de los sueños,
Soy una pequeña crédula de las palabras
Que cae en ellas como si el amor existiera en algún muerto.
No sé si seré lo que puedo esperar de mí,
Pero ahora solo soy, solo existo, solo me vivo.
No puedo pedir menos, ni pedir más de la nada,
Solo puedo seguir viviendo cada día como si fuera,
Como si existiera todo de nuevo, otra vez.
Vivir cada momento como el primero después de muchos años
Sin ver nada de lo que me rodea, que por cierto
Agradezco que no todo sea bello.
Pero esta soy, esta no sé si seré,
Esta nunca fui.
Así de simple.

martes, 2 de abril de 2013

Otra vez

Pareciera que no existe nada,
pero todos sabemos que no es así.
Es ese vacío que se respira
cuando cierro los ojos, intentando reposar...
Hoy las miradas calan más profundo
que una lanza con veneno.
No sé si me duele el pecho,
pero algo me duele.
No sé si me duele el alma,
creo que eso es mucho más cercano
a todo lo que pueda pasar.
Me fui... me he vuelto a enajenar de mi,
me perdí en las calles... otra vez,
otra noche, otros besos... otros abrazos.
Me perdí nuevamente en mis ojos
y no sé si realmente pueda volver a abrirlos...
otra vez.
He vuelto a esconderme.
Intento ser realista conmigo misma,
pero la verdad es que parece autoflagelo.
No he dejado de sentir,
la verdad es que siento más que antes,
pero sentir estos nudos en la garganta,
mata... realmente lo hace.
Quiero cambiar el tiempo?
No, la verdad es que quiero cambiarme a mi.
Creí que lo hacía bien,
pero la verdad no es la misma para los demás.
Creí que todo podría ser mejor,
pero no existo realmente
para ser valorada como algo confiable.
Siento que tengo tanto corazón que me duele el pecho.
Siento que tengo tanto que decir,
pero no tengo oídos.
Siento que hay una esperanza que me mantiene,
pero no quiero estar sola, no en esto.
No ahora que siento tanto.

lunes, 25 de marzo de 2013

Masoquismo

Si supiera cómo tenerte... no, si supiera qué sentir contigo
no tendría ninguna duda sobre mi.
Quizás sabría cómo sobrellevarme, 
pero la supervivencia no es parte de mi personaje, no contigo.
Realmente solo quiero desgarrarme pedazo a pedazo,
momento tras momento, desgarrarme hasta llorar
tirada en el piso, recorriendo mis manos apretadas.
Comprendería todas tus palabras si yo misma fuera capaz
de apropiarme de cada segundo en las que piensas en decirlas,
pero creo que no podría recibirlas 
sin odiar el caos que me provocan,
sin ensangrentarlas a cada letra que osas a empuñar en tu boca.
Estoy amarrada, condenada, atabiada a escucharte 
y con eso masturbar mi corazón hasta terminar temblando de miedo,
sin conocer cuál de todos los orgasmos me condenan
a escribirte en cada verso, palabra, oración que acurruco en mi mente,
intentando menguar todas esta cosa mezclada que siento.
Quisiera poder decirte que solo te amo, pero no puedo.
Intentaría solo sentir que te pertenezco,
y aunque así fuese (porque así es)
ya no me puedo permitir no ponerle un poco de miedo
a todo lo que tenemos, a lo que aún no concretamos,
a lo que ya sentimos y vamos sintiendo.
Me hice amante de la tortura,
me hice cómplice de soñar y no estoy diciendo que no me agrade,
simplemente trato de explicarme a mi misma cómo de tanto estar sola,
me apiado de las curvas cicatrices de mi vida.
Solo me compadezco del insensible corazón que me he creado
y me intento persuadir con palabras vanas al fin y al cabo,
que ya no debo estar sola, no, ya no quiero estarlo.
Sé que todo no es más confuso que mi propia existencia,
pero ya me es total necesidad afectar esta realidad 
y condenarla por escrito.

viernes, 22 de febrero de 2013

Para hacerlo con amor

Quiero regalarte mis orgasmos,
todos los que me provoques de aquí en adelante.
Quiero hacerte acabar conmigo,
quiero que no quieras salirte nunca de mi.
Quiero que me aprietes a tu piel,
que me hables al oído,
que me provoques con tu respiración en mi espalda.
Tengo ganas de colmarte de placer,
de hacerte sentir tan deseable.
Tengo ganas de que me mires a los ojos y digas "uff".
Quiero que me quites la respiración,
que te la comas completa,
que me comas completa.
Te haré sentir que eres el único que me hace sentir así.
Te haré saber que todo lo que hagas
es lo que siempre he querido.
Sé que tienes algo bueno
y no solo debajo del boxer.
Quiero que sepas que recibo tus ganas
que ansío tu placer, tu cuerpo.
Que me pones tan nerviosa cuando me deseas,
que me tocas y me prendes.
Soy tu mujer porque tú eres un hombre de verdad.
Te deseo tanto que ya no quiero controlarme.
Sabrás cada vez que te tenga entre mis piernas
y sobre ellas, que eres todo lo que quiero
para todo o que tengo de cuerpo y vida.
Te deseo, así de simple,
con tantas ganas que no dudaré
nunca que si lo hago es porque
todo empezó en el corazón primero.

jueves, 24 de enero de 2013

De nosotros con tragos

Se respira el silencio y en él todas mis ganas de besarte.
Miro el aire y está tan tenso, lleno de pensamientos
anudados en mi garganta.
Tengo tantas ganas de abrazarte,
tantas que me duele el cuerpo.
Tengo tantos deseos de tocarte los labios,
tantos que mi voz se acobarda.

Quiero respirarte, tenerte, mirarte a los putos ojos y saber
que tus cobardes palabras no te ahoguen en la misma
noche que estoy teniendo ahora,
Tan solo puedo atreverme a pedir una cosa más;
mírame y, por favor, miénteme, en serio , hazlo,
intenta por lo menos abrazarme y mentirme,
para ver si yo puedo hacer lo mismo conmigo una vez más.
Miénteme por lo menos para que cuando vuelvas
a pararte en frente de mi, el corazón no se detenga
y con una sonrisa explote.

Intenta a lo menos no mentirte,
trata que yo no sea el reflejo de tu silencio.
Haz que tus ojos también me mientan, por favor,
porque no quiero hacer de mis actos tu cobardía,
por lo menos con una mentira pareciera ser verdad todo lo que dices
y todo lo que no te atreves a decir, mucho menos a hacer.

Tú y yo sabemos lo que pasa cuando callamos,
tú y yo sabemos cuando lo que está adentro
grita en silencio, llora con tontas sonrisas,
finge que acá no pasa nada.
Lo más deprimente es que por muy dentro que esté,
todos ven, todos saben lo que pasa, menos tú y yo.

No puedo dejar de creer que somos tan solo
lo que un trago puede hacer, lamentablemente
somos el resultado de no pensar, tristemente no pensar.
Somos un impulso constante, sentimos por medio
de un impulso casual de desaparecernos en un cuerpo ajeno,
Pero sigamos mintiendo, sigamos jugando a la ruleta rusa
de las mentiras, entre más vueltas, más palabras
hasta encontrar la que te quite el aliento.
Realmente lo quite.

Déjame sonreírte para fingir que nada pasa,
déjame mirarte a los ojos y demostrarte
que realmente no pasa algo.
Quizás por eso siempre pareció que no era sincera
o quizás tanta sinceridad se mal interpreta.
Quizás tengo que evitar que mis ojos te hablen tanto,
pero es que con los tuyos yo... me derrito.

Pero sigamos en el juego de que aquí no pasa nada
sabemos que es el camino más complejo, difícil,
desahuciante, torpe, idiota que podemos tomar,
pero según tú y según yo, es lo más práctico,
lo más cómodo, lo más insensible, cobarde, inutil,
hipócrita que podamos decidir, los dos lo sabemos.

Olvidémonos de esta noche, o de esa noche aquella,
caminemos juntos por la mañana, conversemos normalmente,
evitemos las miradas y al final del recorrido del metro
en común que podamos tener,
un cínico beso en la mejilla, un gustazo y adiós.

domingo, 1 de julio de 2012

A tu miserable pinta

Me duele, me duele como si el corazón fuera mío.
Me desgarra, me desgarra como si la piel fuera mía.
Tropiezo mis pensamientos intentando comprender
la enajenación de las palabras lógicas
que antes podía confeccionar cada vez que despertaba.
Pero ya no puedo,
no deja de estar oscuro cuando abro los ojos
y la madera quemante sigue dando quehacer
a mi mente colapsada,
mojada de lágrimas cerveceras.
Me quiebro, me quiebra el odio,
la sequedad me atora la garganta
con verdades que no soporto.
Quiero dejar de morder el polvo de tus ojos resentidos,
adoloridos de mentir tanto,
mediocres de tanto mirarme las mentiras
que me obligaste a vivir,
que me obligaste a decirte
cuando me desgarraba besándote, mintiéndote nuevamente.
Se me aturden las manos sintiendo algo que no es mío,
se me aturden porque escribo mierdas por tu culpa.
Te odio y no me avergüenzo de sentirlo,
no lo hago porque es mucho más honorable
que extrañar tus putas sonrisas,
tus putas mentiras, tus mediocres verdades.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Destrozante

Quisiera describirte en el recuerdo 
de mi lengua absorbiéndote el aliento,
pero no puedo. No puedo porque 
me voy entre tus manos colapsadas
de sabores fuertes, ácidos.
Si tan solo pudiera calcar
mi descontrol entre tus piernas,
tendría que moverme cada vez 
que te recuerdo mojándome los labios.
Quiero comerte la piel desgarradamente, 
desbordantes caricias grotescas 
que me cogen el placer 
de montarte en la noche fogosa.
Dame tu deseo, dámelo y cómeme,
abrázame y destrózame a besos.
Muérdeme la desnudez,
menea tu descontrol en mi espalda,
ensúciame los oídos
con palabras mojadas, excitantes.
Saborea a esta mojada mujer,
bizarra mujer, ardiente mujer.
Saboréame y sublímame en tu pelvis,
elévame rasguñando las paredes,
empañando ventanas.
Sabes que me motiva 
terminar tembando y bailándote 
entre las piernas.
Regálale a mis manos tu espalda,
déjame morderte y acabar 
amarrada a tus manos. 
Acábame.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Preludio

Tengo las manos llenas de papeles, 
papeles que arden de vacíos inacabados,
papeles que me queman los dedos 
cuando busco las palabras para tapizarlas 
de cosas que no necesitan recordarse.
Y abuso de su inocente carácter de blanco,
y los mancho con esas cosas que, realmente,
no son necesarias recordarlas,
aunque duelen como si existieran.
Que ganas de comprender su dolor,
pero desde este punto es un poco complicado.
Del punto en el que todo causa cicatrices,
aun así, aun pienso que no es necesario recordarlo.


Te metiste con la persona equivocada,
inténtalo de nuevo y no podrás comprender
el por qué de la pregunta que,
en algún momento tuvo sus respuestas.
Niega las noches desveladas que tuvimos,
llenándonos de palabras 
con tu silencio que me duele
hasta la sombra del mal.

Y vuelvo a la misma palabra 
y la repito conmigo, 
la tengo nuevamente latiendo-me.
Quisiera tan solo... tengo ganas de sacarme el corazón,
pero ya no puedo dar pie atrás,
ya no me pertenece,
le pertenece al silencio,
al silencio con fogosos residuos de sentimientos vagos,
le pertenece al viento. 



(pasan cosas inexplicables por mi cabeza
cosas que ni yo quiero pensar que existen)

lunes, 14 de noviembre de 2011

El carbón del metro...

Prefiero no dolerme, prefiero mirar el suelo,
atraparme en la tinta borrada en una hoja en blanco.
Quiero caminar con el fogueo de luces que no terminan de esconderse
en el sentimiento que no existe, que no me pertenece.
Me pego la pared en la espalda, eso es menos cansador que una verdad
escondida en toda una vida de mentiras.
No creo en lo posible, porque es más fácil alucinar con dragones,
demasiado imposible.
Escribo la palabra con la confusión pegada en la mano.
Quiero, pero no quiero, no quiero confiarme en lo que el corazón me dice
Seguiré haciendo como si nada, como la loca chora caminando por la calle,
los ojos rojos y el cuerpo dopado en vino,
la única manera de esconderse de la mentira
que escucho al otro lado de mi corazón,
ese que está en otra cama, en otras noches,
en otras cosas reales que no por eso son de verdad.
Me pego al suelo porque es lo único que me queda
y no lo hago por conformista, lo hago porque con los pasos de la gente
que, aunque desconocidas me recuerda tu corazón pegado a mi oído,
que tiene lo mismo que los pasos del suelo de la calle, son todos desconocidos.
Me caen las letras, las palabras. Las absorbo de los pensamientos
que salen en el colapso del metro.
Me caen las palabras y me caen como los sentimientos cobardes de golpe
que por mi no existieran, pero si son cosas divinas,
prefiero ni tocarlas, ni mirarlas y tan solo sentirlas cuando se van
desvaneciendo, desapareciendo en los cajones del olvido,
que es mejor guardarlos donde nadie los recuerde
y donde nadie quiera encontrarlos.

viernes, 28 de octubre de 2011

Pisando Palabras

Si tuviese que decir mi última palabra,
se la dejaría al silencio.
Porque sería él quien proclame el reflejo
de las bocas golpeadas por gritar en medio de las calles.
Se la dejaría al silencio, porque con él
dejo que los ojos llorosos griten su odio.
Le dejo mi última palabra al silencio,
porque con él aprieto mi mano con la piedra.
Con el silencio absorbo el aire de los perdidos
entre rejas y que nunca supieron el por qué.
Le dejo mi última palabra al silencio
porque mencionarla sería darles en el gusto
a los que quieren que grite para su burla,
que llore para ser su culpa,
que agarre las piedras para que me enrejen.
Dejaré que mi silencio hable,
dejaré mi impotencia en las manos de lo que quedan en las calles,
dejaré mi rabia en los vientres llenos de semen con rencor.
Les dejo mi silencio a los sin miedo, a los armados,
a los que mueren, a los que no y siguen luchando.
Les dejo mi silencio, sí, el silencio
para tener el coraje de buscar la voz
para gritar el resentimiento.
Sí, el silencio para que explote la ira,
exploten los sueños, exploten las mentes,
y vuelen entre humo y agua sucia.
Les dejo mi silencio para que
cuando griten nadie los calle.
A esos que vienen, los nonatos;
que nazcan con el odio al silencio,
con el odio en la garganta, ese que construye,
ese que alimenta, ese que enseña, de ese que está en las calles,
para que sean escuchados en los oídos de los hombres corruptos,
que tomen la violencia como bandera,
para defender a sangre, para defender a los amigos,
para defender la nueva historia de los que están sobrando.
Les dejo el silencio para que tomen las balas
y las devuelvan con la fuerza de las madres en dicom,
la fuerza de los padres resentidos y golpeados,
de los tíos exiliados, de la sangre torturada.
A esos les dejo mi silencio, a los sangre torturada,
a los olvidados, a los dejados en basura mediagua.
Y no para que sigan callados, es para que odien mi silencio
y lo vomiten con cánticos y ollas.
Que la sangre de los que gritaron en un día pasado
se despierte y ara en la generación de los indignados,
en la generación de los cabeza soñadora.
Fomento la sangre de los tomados en la calle.
Si mi última palabra tuviese que decirla.
se la dejaría al silencio.

sábado, 22 de octubre de 2011

obsesión de las pocas...

Cierro los ojos y no puedo dejar de verte en mi,
tan avasallador como los sentimientos que,
cuando no los usas duelen.
Te siento, simplemente porque no te he olvidado,
te respiro y palpo y todos los verbos existentes
para explicarte conmigo todas las noches.
Quisiera que tu silencio no hablara tanto,
desearía que fuera él mismo que le pusiese
el punto final a todo esto contigo.
Te tengo atrapado en mi mente como una pared
de espinas que, por mucho que las toque,
me siguen sacando sangre.
La verdad no quiero encontrarte en explicaciones,
baratas y vulgares por lo demás,
que no tienen más motivos que el intento
de menguar lo que provocaste.
Tu y tu silencio vil y despiadado,
come pensamientos y noches completas.
Ensuciaste los amaneceres
dejándome despierta entre la cama y el sin oxígeno,
entre los vasos vacíos y los corazones ensangrentados
hasta ahogarse en su botella.
Me votaste como la vil despiadada que suelo ser
cuando tomo el silencio como confusión.
Ni yo me entiendo, no entiendo ni las palabras
que vomito por segundos, minutos
y todo lo que llenan en una hora entera.
Y colapso yo misma con el tiempo pasando,
pero creo que ya aprendí a esperar,
esperar que no odie el olor de la tinta de este lápiz.
Me tapé los oídos para llorar tranquila sin escucharme
y cerré los ojos para no ver el suelo mojado
y de él floreciendo cosas que no esperaba
en mi suelo de tierra seca.
Pero te tengo enclaustrado en mis pensamientos del por qué.
No quiero tu respuesta miserable y conformista,
llena de limitaciones y de esas cosas
que ni yo quiero atreverme a pensarlas.
A pesar de que siempre uso los recuerdos para esto, pensar.
Claro, la cosa es que no puedo seguir explicándote
que estoy molesta contigo
y tu molesta crueldad de no hablarme simplemente porque sí.
Me atrapaste en tus ojos,
me enganchaste en tus labios
y todos los verbos existentes para decir
que no quiero que signifiques más en mi,
sino sería... sería enamorarme contigo,
de ti y sin mi.
Aunque ya son cosas que no le pertenecen
a mi vocablo de sentimientos vagos,
vagos como el vino en la sangre.
La cosa es simple; termina tu tortura
y déjame respirar en tus besos,
que tus labios le hablen a mi lengua.
Simplemente con un beso de los tuyos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El otro lado de la última caja.

Y salí de la casa con mi abrigo puesto, con el paso un poco más rápido de lo normal. Unos segundos antes había cerrado la puerta dejándolo a él dentro y yo... yo con una caja en las manos. La dejé en el taxi, en la maletera y me subí en la parte de atrás - ¿hacia dónde va?- miro el espejo y los ojos del chofer me miraban con ganas de saber qué pasaría con el recorrido y yo... - a calle dos con Mercedes - pasan uno, dos, tres postes y pienso, pienso en las cosas de mi caja atrás que se están moviendo mucho. Uno, dos, tres postes pienso, pienso en mis manos tomadas, tan apretadas entre ellas, creo que odian todo lo que pasa por dentro, todo lo que mi corazón les dice y pienso -¿nos vamos por la carretera, señorita?- pienso en que cada latido me dormita los sentidos, me colapsa las mejillas con lágrimas que no quiero en este tema que... -no. nos vamos por la calle central, pasaremos al supermercado- aun tengo cosas en mi cabeza, pensando que esto no estaba pasando. "Siempre estaba presente", cada cosa que me hacen contar cada una de ellas como algo que ya no va existiendo... uno, dos, tres postes y pienso, pienso, pienso en cada sollozo que laten dentro de cada segundo en cada respiro que le pego al alma, que sigue buscando la respuesta a la inercia de cada acción que tengo entre los dedos de mis manos atadas entre ellas. Sintiendo los latidos del dormiteo del corazón cuando... uno, dos, tres postes y pienso - señorita, ya pasamos el supermercado, la llevo al otro, disculpe, no me di cuenta, se lo descuento- que no tengo nada más que inercia en todos mis sentidos -no se preocupe, vamos al otro, yo no tengo problema- no pienso en otra cosa que en volver, volver unos minutos atrás y no haber cerrado la puerta, pero ya es tarde, siempre es tarde. Si ni siquiera recuerdo cuando dejé de sentir... simplemente ya no puedo volver, simplemente ya no siento volver, ya no tengo que hacerlo.
Me bajo del taxi en el supermercado, camino como siempre. Tomo la bolsa del pan, un jugo, un vodka, mermelada. La verdad no sé si tendré hambre más tarde, no tengo ganas de pensar en eso. Miro a las personas caminar, siento que en cada paso de ellos yo... yo voy detrás del tiempo, voy caminando después de los segundos marcados -no, no, pago en efectivo- entre todos y la diferencia abismante del día en donde estaba parada en el mismo lugar, fue la semana pasada. Pero ahora todo sigue siendo tan extraño, aun no entiendo realmente todo lo que pasó, lo que va pasando y lo que no quiero que pase. No quiero entenderlo tampoco, realmente no me espero en un futuro, no lo tengo y por lo mismo no me espero en él.
Me subo al taxi con las bolsas y los dos últimos latidos me pegan fuerte en los oídos alejándome de mi, me enajenan de mi mente, me hacen no pensar más y así lo hago, no pienso en nada. Me hacen entrar más en el colapso de lo profundo, más adentro de los pensamientos, hasta toparme con los recuerdos, hasta verme sentir otra vez cada uno de los recuerdos, a vivirlos y volver a tener esos muchos latidos. Vuelven los apretones de las manos, vuelven las ganas de seguir recordando y caerme en cada uno de los recuerdos. Trato de encontrar el momento exacto en el que quedaron olvidados tan adentro que me robaban los sueños cada noche. Vuelvo a los momentos cuando me miraba en el espejo, en la casa que dejé atrás, vuelvo al momento cuando me encerré en el baño con no sé cuántos nudos en la garganta. Vuelvo a los gritos callados, vuelvo a las sábanas que me hacían arder la piel de alegrías confusas, vuelvo a los dedos fríos, vuelvo a las noches latigudas y a todas las anteriores a esas también vuelvo. Vuelvo a las risas, a los escritos de madrugada, vuelvo a los viajes por semanas partidas, vuelvo al auto, al taxi. Me he perdido en las cosas que se van desvaneciendo, me perdí en los miserables recuerdos y no encontré el momento en el que dejé de mirar al mundo como parte de mi, como yo parte de él, olvidé el momento en que dejé de sentir, en el que dejé de tener recuerdos vivos... -son siete mil quinientos pesos, señorita, pero se los dejo en siete mil, se lo descuento por mi metida de patas-. Busco la billetera en mi bolso y le paso los pesos al chofer, la verdad me da lo mismo su descuento, peo soy mala haciendo que la conciencia de los pecadores quede con alguna otra carga. -gracias por traerme- y nuevamente me enfrento a una puerta con mi caja en la mano. Busco la llave y abro la puerta, me encuentro con mis cosas empacadas en lo que dicen se llama living, con todas mis otras cajas. Prendo la luz y vuelvo a mi, vuelvo a verme desde dentro de mi y me pillo frente al espejo del baño con no sé cuántos nudos en la garganta y en los ojos otros cuantos más. ¿Aun busco puntos fijos en la pared? no, ya no los tengo. ¿Aun tengo que reconocer el frío de sus manos con las mías? no, ya no tengo que hacerlo, ya no están más y ni siquiera recuerdo dejaron de estar conmigo o solo conmigo, ni siquiera sé cuando estuvo presente. No recuerdo cuando comencé a tener más de dos piernas más entre medio de las de él, no recuerdo cuando tenía diferentes perfumes en cada noche que llegaba tarde, más de lo normal... tengo el corazón detenido, detenido en el reflejo del espejo, y siento como se van las ideas de hacer algo más que estar parada ahí mirándome, mirando pasar los recuerdos en mi mente, mis ojos mirando la nada de ellos mismos. Sí, tengo el corazón detenido y me miro, me miro recordando, me miro en esa noche, en mi auto, me miro en el bar, me miro frente a ellos dos, me miro, me miro y me enfurezco conmigo otra vez. Me veo llorando por todas las calles otra vez, y me siento me siento las manos apretadas mirando el mar de la nada y llorando a gritos. Me siento escuchando su voz "no quise, de verdad no quise hacerlo, amor, estaba borracho" y me encuentro en la enajenación misma de la desesperación, me pillo gritando "no quiero sabes nunca más de ti, me terminaste de matar, me acabaste... me voy". y terminó mi cuerpo de llorar y volví a mi misma, una vez más. A la misma imagen frente al espejo, otra vez. Fue como dejé de sentir, en ese silencioso, oscuro, triste, desahuciante camino a la casa que dejé cuando dejé de sentir. Fue en ese camino en que aprendí a no tener el corazón dentro de mi cuerpo, lo dejé en el viento. Ni yo sabré de donde viene y a donde va. Fue en esos momentos en los que me perdí de mi misma, en los que perdí mi cuerpo en las paredes de Baquedano, fue cuando ya no tenía una existencia concreta de sueños en las noches que antes sí las dormía.
Fue así, así como ahora me miro al espejo fijamente y aun estoy perdida, lejos de mi, fuera de mi y... lavo mi cara, respiro profundo y suspiro, me miro nuevamente al espejo y pienso, pienso, pienso en que el agua está lista para tomar el primer café, el primero de mi misma sin ser ajena a la soledad.
Sí, creo que estoy lista para tomarme el primer café, el primero de mi.

lunes, 22 de agosto de 2011

Juego de sábanas

Me quiero comer la sangre sangre de cada beso que podré darte desde esta noche,
traspiro en el recuerdo de esos segundos orgásmicos en los que
me encendiste la piel piel y todo lo que puede haber debajo de ella
y ese espacio de allá abajo también pasó por lo mismo.
Me gusta el apretón de tus brazos.
Esa cosa de querer montarme y moverme como una sirena en plena marea alta
con agua caliente caliente y a la luz de una luna que le encanta
Escuchar cuando la respiración se detiene en la boca de los amantes.
Y seguir creando figuras de algo tan simple como decir que me calenté
y realmente quería tenerte en mi cama en cosa de segundos,
pero tengo una moral lo suficientemente alta
como para esperar que a ti se te ocurra tan placentera idea de llevarme a tu cama.
De cierto modo son sábanas que no conozco y que ya mi piel desea
de una manera bien candente y peligrosa.
Me gusta ese peligro en el que puedo encontrarme cuando pienso en ti,
literalmente la adrenalina es algo lo suficientemente calentón
como para negarle la apertura de mis piernas
cuando sé que está entre medio de las tuyas
y bien dispuesta a llenarme de su dosis correspondiente
a este cuerpo de estudiante contemporánea.
Tengo el deseo ferviente de querer que me duermas la piel,
de querer que conozcas mis caderas de adolescente juguetona
y mezclarlas con la experiencia de tus dedos dibujantes de siluetas.
Todo lo que sea de ti experiencia, dejarlo en mi cuello desnudo para tu boca
y todo lo que sigue después del cuello, dejarlo sobre la mesa,
de esas que aguantas los terremotos todas las noches,
en las que descubrimos el punto caliente de la pasión,
esa que nos hace adictos de nosotros mismos disfrutándonos.
Deletréame cuando me abraces,
pídeme un poco más cuando me aprietes,
Verás en lo que nos podemos convertir calentando tu cama.

jueves, 30 de junio de 2011

Pudorosa.

Te presto mi cuerpo cuando sea necesario,
te presto mis manos cuando quieras usarlas.
Me muevo cuando quieras y como quieras.
Puedo prestarte mis sonrisas,
te paso mis orgasmos cuando quieras escucharlos.
Si quieres camíname a la cocina
y lúcete como el hombre que crees que eres.
Muévete sin parar si quieres,
detenme la respiración, tápame la boca,
dibújame el cuerpo con la boca
cuando pienses que es lo que quiero que hagas.
Pero ahora déjame a mí hablar,
quizás con el cuerpo, quizás con palabras,
quizás con lo que nunca me hiciste sentir.
Déjame arrancarte la cara con la puta
que me quieres convertir.
No vuelvas a pensar en mi, no soy de esas.
No me pidas en tu cama nuevamente,
soy feliz en sábanas desconocidas
y las tuyas ya las dejamos muy calientes
para quererlas abrigándome los pies, ahora.
No me transformes en el recuerdo
de una mujer que no soy.
Me siento más mujer cuando tengo algo más que tocar
o simplemente el sudor del otro que comerme con la piel.
Cuando termines y ensucies mis entrañas,
toma tu camisa y ciérrame, destápame la boca,
cree que ya puedes respirar terminando dentro.
cierra la puerta y no vuelvas,
simplemente no vuelvas,
no porque yo te lo pida, sino por tu honor no lo hagas.
Simple y rápido como todo lo que haces.

sábado, 28 de mayo de 2011

Contrapuntos.

Pierdo mis ojos en un horizonte gris.
Con cerros grises, con pisos grises.
Pierdo mis manos entre pisos elevados,
entre sueños sucios, entre caminos complejos.
Pero lo externo nada, de lo por fuera
nada, delo que no existe nada.
La cosa está dentro del vacío. La cosa
está escondida en el odio, la cosa está
en el resentimiento.
La cosa es que el vacío esta embargándolo todo.
Putas lágrimas que me ahogan el pecho de puta madre
que nos las suelto, que no las dejo
que si que no que puede ser
que el miedo que esconderme que amar y no poder.
Que ya no me gustan las palabras
menos cuando las miserables dejan la sensación de vacío.
Miradas para la nada.
Dejando besos sucios corruptos
porque corrompen lo que no es santo.
A lo sucio mis palabras gastadas
por el silencio puede que también por un miedo
bastardo a toda la vida.
Pero no sirve de nada dejar todo
o sentir todo, no sirve de nada
todo lo que puede que sea.
Sigue el vacío, sigue porque sigo
en existencia, sigue porque sigo
con los pies en la tierra con pensamientos
enterrándose como árboles para no
volver a salir de donde están.
No puedo decir nada tan o más bello
sigo pensando que mi vida, mis
palabras, miradas, pasos y cansancios
besos o no besos, abrazos y calenturas
no tienen un sentido mientras tenga los
pies en la tierra. No hay sentido,
no hay sentido, no hay sentido de sentir.
No hay cosas llenas, ni el vacío
puede existir cuando ni él tiene
un motivo de existencia...
Quiero comerme la vida y tentar
al destino futuro a que me llene
de lo que no existe...
La existencia que ya no quiero...
la vida que no me importa
pensamientos sin solución...
Para más lo extraño...
para menos no quiero salir de aquí
no quiero pisar casa sin antes ver al perdido...

viernes, 27 de mayo de 2011

Ultimatum

Si tan solo comprendieras en lo miserable que me he convertido...
si entendieras lo vulnerable que soy cuando estoy frente al desafío de tu mirada...
Si realmente te dieras cuenta que yo sí noto que
quieres alejarte de mi...
Por qué quieres que la historia se repita, si yo decidí que no quiero dejarte...
aunque sea doloroso el que no estés conmigo...
¿Acaso crees que no siento tu distancia,
si la idea es que ahora más que antes estemos juntos?...
Pero al parecer esto no significa tanto para ti
como lo trascendental para mi...
Son cosas diferentes el marcar un hito en el pasado (o que cambie el pasado)
que marcar lo que pasó como un cambio para el futuro...
Te quise para mi futuro, te quise para lo que supuesta mente queríamos los dos.
Pero es cosa de mirarte y ver que mi nombre lo borraste de tu futuro...
Es cosa de mirar lo que haces y darse cuenta que todo es lo que puedes decir,
hacer, pensar, conocer, no estoy presente...
Me dejas desahuciada en lo que puedo sentir por ti. Escondes mis orgasmos
en mi alma y los descuartizas, como lo haces con tus pensamientos,
con lo que sientes, con lo que puedes crear conmigo...
Me dejas, me desbordas, colapsas mis entrañas, entiéndelo.
Si dejara de quererte... todo será tan o más fácil.
Si yo fuese la que se comiera mi alma, todo sería tan diferente, tan placido y completo...
Pero no, sigo aquí como la mierda que soy...
Pero quiero que sepas una cosa. A pesar de lo mierda que puedo ser
y aunque me duela aceptarlo, tengo algo que deseas... y créeme...
que si tu sigues con la intención de obligarme a esconderme de tus brazos,
yo me iré y no volveré para verte sonreír.
Me iré para saber que llorar por mi como yo lo hago ahora por mi alma...
Ten en cuenta también que no quiero tu alma, no quiero que la des tu vida por mi,
quiero que la entregues junto a la mía... (que sin ti la cosa se complica),
quiero que te sientas libre de amarme, perdido mío,
libre de tenerme, libre de dejarme ir.
Porque esta vez no volveré si llego al valor de olvidarnos. Perdido mío...

domingo, 1 de mayo de 2011

Golpes

Paranoia recalcitrante, que te paseas por mis venas,
paranoia que no dejo en cada sueño que te tengo.
Me limitas la piel a sentirte cuando vuelves cada noche,
me embriagas de estupideces cuando me hablas
de lo que no quiero ser para ti.
Pero no puedo alejarte, la mierda de fuerza que tengo no me sirven
cuando tus palabras emputecen mis oídos.
No me muevo y ni pienso hacerlo cuando me miras,
tienes una fuerza maligna que me amarra los pies
cuando quiero correr a esconderme.
Pero no me dejas, simplemente no me dejas arrancar,
simplemente te propasas conmigo, abusas de mí como pendeja sin conciencia.
Más inconsciente yo que te dejo hacer lo que quieras conmigo,
vacilando en el no y dejándote en lo que puedes hacerme.
Más inconsciente yo que te hago creer que no tengo voz,
y no la tengo cuando la tuya me ahoga el corazón a golpes.
Pero no digo nada, en este momento ni siquiera estoy pensando en decir alguna cosa,
que me atreva a pronunciar algo y me sacas la sangre de la cara.
Pero tú no tienes la culpa, realmente no tienes la culpa.
Y que me atreve a decir algo que no te parece,
que me atreva a decir que no te quiero,
que me atreva a no abrirte las piernas y no besarte como si algo pasara.
Y no puedo decirte nada más, tienes razón,
no puedo recordarme como algo más que el silencio, no sé qué realmente soy.
No me dejas hablar y ni yo quiero hacerlo cuando estás presente,
prefiero suprimirme y hacerte creer que eres yo cuando llegas cada noche.
Entre llorar en las sábanas del olvido
y atreverme nuevamente a dejarte, separarme de ti, no,
no me atrevo, no me atrevo porque me acostumbré a vivirme contigo,
no me atrevo porque así son los días contigo y sin ti son peor,
no sé lo que tramarás cuando aparezcas.
Y aun así no puedo imaginarme lejos de ti, no vivo sin ti,
realmente no conozco la vida contigo y no la tengo si no estás presente.
Ya te lo dije, me amarras los pies cuando quiero correr a esconderme.
Quizás la fuerza maligna soy yo.

viernes, 1 de abril de 2011

calamidades...

Hay veces que me enfrento a alguien...
Me enfrento a la realidad de tu mirada...
Me centro en lo que tu sociedad me pide
cuando leo tu presencia en mi cabeza...
Me acoplan tus palabras... me neutralizan...
me causan la magia de lo cotidiano,
la rutina de lo normal...
Realmente creo que no puede haber persona alguna
que entre en mi esencia, pero tú...
Tu me robas las cosas... no entras, las cambias, pero es difícil
sacarle los ladrillos a un castillo y cambiarlos,
"centrarlos" cuando hay un castillo que lo compone...
Me atrae tu normalidad, me distrae tu cotidiano,
me sorprendes cuando hablas de lo correcto...
Lo llenas de magia, le pones tu... qué se yo a lo normal de mi vida...
Calaste... y Calaste adentro...
Era imposible pensar en algo así...
Ver que el pasto es verde...
tu color nítido le da el toque...
mas que los mil colores que le pongo al pasto...
Colapso contigo cuando me pones los pies en la tierra... quisiera que entendieras...
Que lo malo tiene el puro nombre de malo...
Me columpias en la casa de los recuerdos, de esos que te salen del alma...
Me caes en lo éticamente correcto...
y le pones tu magia, lo haces agradable...
Me haces saber que le pertenezco a la normalidad de lo estable...
Me creas la necesidad de tener las cosas normales...
y haces que me agraden... odiosamente agradable...
Eres tan tú... te esencia firme no deja que mi coartada se complete...
Tienes las palabras precisas... en lenguaje correcto
Me creas los sueños en lo estable...
que con unos, con otros y con otro una historia de amor?
No!, no puedo cuando se que me hablarás...
me agrada que no seas como yo...
Eres un poeta con su amor en las palabras...
Yo soy poeta conquistando amores con las palabras...
Marcas la diferencia que quiero conocer...
Me establece tu presencia en lo normal que siempre soñé,
pero que en mi no se ha logrado alcanzar...
Aun no me conquista las ganas de un lugar
teniendo mil lugares que conocer... pero tú...
le pones la magia tuya que me deja perpleja...
vives en la misma realidad y te gusta...
me apasiona cuando puedo verte amando...
te admiro al ver que se puede hacer...
Me marcas cada vez que me confrontas a la realidad
y me agrada que seas tú...
el que existe "en mi" para hacerlo...






Para un gran amigo...Felipe Silva

martes, 19 de octubre de 2010

para esta canción prestada...

Préstame tu magia, Tierra mía,
préstame tus caminos de tierra,
préstame el pasto de las vacas
préstame los pasos del caballo.

Y dejame hacerte una torre de pastos,
dejame hacer castillos de barros
sacarle un pedazo de vida a la leche
y prestarle pasos firmes al que vive del viento.

A ver si se acaban las torres grises,
ver si se terminan las casas de mentira,
a ver si la vida le pertenece al que no la tiene
y a ver si el viento se calienta,
para que el frío no arda y la nieve no queme.

A ver si me prestas un pedazo de tierra,
y pintarte cada piedra con las letras de mis ojos.

A ver si me atrevo a ser como los otros
que te taparon la boca, Tierra mía...
A ver si me atrevo a ser como los otros, Tierra mía,
a cerrarte los ojos y burlarme de tu pureza...

Prestame tu magia, Tierra mía...

a la vida mia...

Quiero inventarle una historia a la vida,
inventarle que es perfecta,
inventarle que se embriague con la libertad,

Quiero inventarle a la vida
que puede cantar canciones
donde la igualdad es un deber

Quiero inventarle a la vida
una historia donde
blanco y negro sean el mismo color,
donde las rosas sean verdes
y las montañas naveguen los mares,

Donde Africa sea Chile
y Argentina Canadá

Quiero inventarle a la vida
que las reaíces caminan en todo sus terrenos
dende los niños jueguen a elevar piedras
y los ancianos a pintar arco iris...

Quiero inventarle una historia a la vida
y decirle a ella, que la que vive
en el fondo de su alma
le canta una cancion de plegarias rojas y negras...

teleserie a mi pinta...

Actuemos una teleseria mexicana??
donde seríamos los protagonistas
que se masacran en desiluciones
y al final los malos en la carcel
y nosotros con un "vivieron felices
hasta la otra temporada"?
No sería mas fácil que dejaras
de ahogarte en un vaso de agua?
o te tranquilizaras un poco
y dejaras de pensar en tus celos
demasiado ridiculos?
Como que no le vienen mucho
las escenas de tragedia venezolana
a lo que tenemos supuestamente, querido
Como que no necesito escuchar
cuantas veces me amas al día...
Despues de todo tiene que saber
que no tienes que marcar
territorio conmigo tomandome de la mano.
Si quieres te plasmo a gritos en la cara
que tu imagen de galán intelectual que conocí
en la biblioteca no me interesa.
No vivo en un castillo, lindo,
tranquilo, no me tienes que rescatar
si vivo en San Bernardo no mas.
Y acá no se necesitan carroajes,
no necesito que quieras pasar el pedestal
de mi vida con inutilidades,
de hecho, la idea es que pienses un poquito
que todo esto me da nauseas y
penita porque no me quiero reir en tu cara.
No soy lo que pensaste quizá,
pero como que esa era la idea.
No quería sorprenderte,
al contrario, como que si ahora
tomaras la desicion de irte
idiotamente desilucionado y
con el corazón estúpidamente roto,
yo te apoyaría sin duda alguna,
si igual no quiero que la pases mal,
dentro de todo no lo mereces,
si igual eres buena onda,
ridículo pero buena onda
Mejor no hagamos la
teleseria mexicana, ya?
Estoy segura que seria
tu antagonista y, creeme,
que yo ganaría y seguiría
siendo la misma feliz que soy...